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Esta es una de las preguntas más frecuentes que surge en la mayoría de los consultantes que inician un proceso terapéutico. Es natural sentir incertidumbre y cuestionarse si se está en el camino correcto o si se está haciendo “bien” las cosas. Antes de iniciar un proceso terapéutico, es importante que los consultantes lo elijan con seguridad, considerando varios factores clave.

Elegir un buen terapeuta

Al decidir iniciar la terapia, es común tener dudas, especialmente sobre si el psicólogo será adecuado. Ser un buen terapeuta no es algo subjetivo; aunque puedes tener más afinidad con un método de trabajo u otro, es crucial asegurarse de que el terapeuta utilice métodos basados en la evidencia científica. Las técnicas y herramientas que emplee deben estar comprobadas y ser efectivas.

El proceso no es lineal

Generalmente, las personas acuden a terapia después de haber experimentado un malestar significativo. Es común sentir incertidumbre sobre cómo debe progresar la evolución deseada. Al principio, puede haber una expectativa de resultados rápidos, pero es importante considerar las múltiples variables que afectan la consulta. La terapia requiere tiempo y disposición. Los cambios psicológicos suelen ir acompañados de cambios conductuales, y a lo largo del proceso, habrá momentos en que te sientas más receptivo, sigas las pautas, seas consciente de tus emociones y avances, así como momentos en los que te sientas estancado, faltes a los objetivos o enfrentes emociones desagradables. Todo, desde los momentos de avance hasta los de estancamiento, es parte del proceso terapéutico.

Comunicación con tu terapeuta

Este es uno de los aspectos más cruciales. Es posible que te sientas estancado y que no avances como deseas, o que el método del terapeuta no te resulte cómodo. Dado que cada persona es diferente, la terapia debe ser personalizada. Si después de elegir un buen terapeuta y entender que la terapia no es lineal, sigues sintiendo que no avanzas, es esencial comunicarlo a tu psicólogo. Si te sientes estancado o incómodo con el método de trabajo, es importante expresarlo. La terapia debe ser individualizada, y un buen terapeuta estará dispuesto a ajustar el enfoque o incluso derivarte a otro profesional si es necesario. Las variables personales, como el género del terapeuta o las primeras impresiones, pueden influir en la efectividad de la terapia, por lo que abordar estos temas abiertamente puede ayudar a encontrar una solución adecuada.

Duración del proceso terapéutico

Una pregunta común es: ¿Cuánto debe durar mi proceso terapéutico? Como mencionamos, cada persona es única y su historia es diferente, por lo que no hay una duración fija para finalizar la terapia. Un buen terapeuta se enfocará en evitar la dependencia del consultante, dándole herramientas para afrontar situaciones de forma independiente y no prolongará la terapia más de lo necesario.

Para concluir, cada acción cuenta en el proceso terapéutico. El hecho de iniciar la terapia ya es un avance significativo. Cada cambio, por pequeño que sea, te acerca a tus objetivos. Es normal experimentar emociones desagradables y es esencial aprender a tolerarlas, ya que todas las emociones nos dicen algo importante sobre nosotros mismos.

Pasar por la terapia sin experimentar incomodidades emocionales es prácticamente imposible.

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