En el post anterior CUIDAR DE MI AUTOESTIMA: Cuidar de mi y de mi salud mental. MITOS hemos comentado que cuidar de mi autoestima, sabiendo que es mi motor y que condiciona mi vida, y siendo conscientes de que está relacionada con la salud mental haciéndome más vulnerable, es cuidar de mí y mi integridad al mismo tiempo.
Este proceso es algo que se va interiorizando, voy a intentar resumir dos aspectos importantes que me llevan a tener una sana autoestima después de haber reflexionado en el post anterior sobre dos grandes mitos de la autoestima:
LENGUAJE INTERIOR:
¿Qué lenguaje usas para hablarte?
En multitud de ocasiones me encuentro con dudas… No saben si se hablan bien o mal, con o sin respeto, ya que consideran que si son conscientes de sus recursos y se hablan con respeto pueden identificarse como “prepotentes”, y queda normalizado el mal-trato hacia uno mismo. Para ello te planteo: si le hablaras a una persona que quieres mucho como te hablas a ti, ¿te sentirías bien? ¿y esa persona? ¿sería de prepotentes el hablarle con respeto? Creo que aquí puedes pararte un momentito a reflexionar o volver después. Ahora, en base a tu respuesta, ¿quieres cambiar algo en la forma en la que te hablas? Piensa también si cuando te hablas describes hechos o por el contrario opinas, juzgas, te crees tus pensamientos como verdades absolutas.
Un ejemplo bastante común es cuando alguien falla, cuando comete un error, ¿qué le dirías a esa persona que tanto quieres? ¿le animarías a continuar, perseguir su sueño y si no sabe cómo llegar, a que aprendiera a hacerlo? O por el contrario, ¿definirías a esa persona que tanto quieres con alguna etiqueta despectiva por ese error, le boicotearías incitándole a que deje de perseguir su sueño…? Cuando hablo de sueños me refiero a convertir ese sueño en un objetivo, a diseñar un plan, ponerle fecha,…y siempre trazar objetivos realistas y ecológicos, “no todo vale”.
¿Qué harías si no te frenaran tus miedos, tus excusas?
¿De qué no quieres arrepentirte al final de tu vida por no haber intentado?

APRENDER A VERME:
Aquí también hay una gran diferencia…
Somos seres completos, por lo que todo lo que necesitamos lo tenemos y tenemos lo necesario para aprender lo que no sabemos, solo que en multitud de ocasiones no sabemos verlo o identificarlo y nos vemos incompletos, como si algo nos faltara, como incapaces o insuficientes, sin dejar la opción al aprendizaje ni al pedir ayuda porque eso me conecta con la vulnerabilidad (algo natural en los humanos) pero que muchos la resignifican con “debilidad” y por ello la temen y rechazan. Nos vemos bajo una mentalidad fija, “puedo o no puedo”, “sé o no sé”, bajo la premisa de que se trata de algo fijo… No llevamos a cabo una mentalidad de crecimiento, algo primordial para tolerar la frustración, para la perseverancia, poniendo la importancia en los procesos que me llevan a conseguir el resultado deseado y no definiéndonos con el primer resultado o paso que doy.
Aprender a verme no significa ver y aceptar solamente lo que me gusta de mí, es una autoaceptación total, en plenitud, y está en nuestras manos abrir la consciencia que nos lleve a tomar la responsabilidad de cambiar lo que no queremos, utilizarlo solo cuando sea funcional, sin ser una condición que actúe como impedimento para poder aceptarnos y desarrollar todo nuestro potencial.
Como todos los aspectos que componen la autoestima están íntimamente relacionados, cuando no me veo, no sé cómo ir a por mis objetivos, mi mente no me ayuda a identificar lo que se requiere, me quedo paralizada porque no veo mi capacidad para lograrlo, y entonces se intensifican los miedos, me pongo mil excusas, me quedo en un papel de víctima, puedo tener pensamientos derrotistas o catastrofistas, puedo desarrollar una gran dependencia y, puedo ver al resto o a la propia vida (en términos de suerte, merecimiento,…) como culpable de mis desgracias y responsables de mi destino. Aquí de sobra sabemos que empezamos a procrastinar, cuando en realidad tenemos mucho más poder de influencia y bastante responsabilidad para ir avanzando por el camino que queremos aunque inevitablemente se den momentos durísimos y experiencias dolorosas.
¿Te ocupas de tu propio nivel de desarrollo y crecimiento personal o
lo estás delegando a alguien, al merecimiento, a la suerte,….?
Cuando no he sido vista en mi infancia por los progenitores y voy creciendo sin que me hayan brindado herramientas para saber hacerlo yo, también se puede buscar el reconocimiento fuera sin condiciones, acepto lo que sea y voy de continuo buscando tener alguien cerca para demostrar que me quieren y que me necesitan, que soy valiosa y así intentar que crezca mi autoestima, para cubrir ese “vacío” afectivo, para conseguir verme porque solo me veo reflejada en los ojos de los demás, ya que sin ese reflejo no puedo verme…., y esto es peligroso.
Muchas de estas relaciones se construyen bajo “necesidad” en vez de bajo el deseo, el deseo de compartir un camino juntos mientras tenga sentido por ambas partes. También puede dar lugar a una inseguridad afectiva sintiéndome no merecedora del amor y la aceptación de los demás, interpretando que si alguien está a mi lado es porque aún no me conoce del todo, porque no ha visto X de mí, por lástima o compromiso,…pero esto es otro tema.
¿Sabes identificar tus necesidades para poder cubrírtelas eligiendo
estrategias sanas y eficaces que cuiden de ti y respeten el resto?