Skip to main content

En los dos posts anteriores, MITOS y LENGUAJE INTERIOR y APRENDER A VERME hemos comentado que cuidar de mi autoestima es cuidar de mí, de mi integridad y de la salud mental al mismo tiempo.

Hemos hablado de que se trata de un proceso que se va interiorizando, y después de haber reflexionado sobre dos grandes mitos de la autoestima en el primer post, y en el segundo sobre la importancia que tiene en nuestra autoestima tanto el lenguaje interior como el aprender a verme, continuamos con otros dos grandes aspectos que influyen en mi autoestima:

VIVIR COMO YO QUIERO:

Qué distinto es vivir como yo quiero, siempre desde el respeto, sin verme obligado a cumplir las expectativas que los demás tienen sobre mí. Aquí juega un importante papel la asertividad, el decir “no”, el construir relaciones sanas en base al deseo de hacer o no hacer cosas juntos sin necesidad ni obligación, que además muchas veces es una obligación puesta por nosotros mismos en la que debajo está una creencia limitante.

La mayoría de las veces que se lleva a cabo un crecimiento personal se dan cambios, pero también hay veces que se sigue haciendo lo mismo que antes, lo que no se quería, solo que desde una posición muy distinta, se acepta porque se le ve sentido, no porque se vea como una obligación y que me lleva a una rueda en la que después me siento fatal por no decir que “no”, más mensajes  de que otra vez no he sido capaz, de que no tengo personalidad, de que me manipulan y no hago nada, de que…mortificándose.

Las expectativas y las decepciones en las relaciones tienen un gran peso en este punto ya que muchas veces es lo que me impide vivir como yo quiero. Las decepciones tienen la base en la persona que las siente, ya que es esa misma persona la que se ha creído y ha dado por hecho que X cosas serán de una manera u otra, e inevitablemente las cosas son como son, la realidad y la vida es la que es, y es cada uno el que elije moverse de una u otra manera.

Esto es muy normal ya que los valores son palabras abstractas que cada persona le da un significado. Por ejemplo, si para ti la amistad es estar siempre, pase lo que pase, seguramente en algún momento en el que no quieres hacer algo por algún motivo importante te veas obligado ya que no te priorizas, y aunque no quieras hacer algo lo harás, sintiéndote mal después por no haber dicho que no. Además, con este mismo ejemplo, si le pides a un amigo que haga algo y no lo hace o, no está cuando tú quieres porque si se cuida o porque para esa persona la amistad o el “estar siempre” significa otra cosa, puedes sentirte decepcionado, etiquetarlo de “mal amigo” o perder esa amistad cuando desconoces los motivos.

¿Cuántas cosas dejas de hacer por agradar a los demás?

 ¿Te estás respetando y cuidando?

¿Priorizas tu propia integridad?

Vivir como yo quiero y actitud interior

ACTITUD:

La realidad, aun siendo la misma, cambia completamente según la actitud, según donde pongamos el foco de atención, por ello donde personas ven posibilidades y cogen responsabilidad otros identifican que se trata de algo imposible. Es una atención a recursos o una atención a la incertidumbre como algo potencialmente peligroso con lo que empiezo a sentir miedo y ansiedad, y me paralizo.

Vuelvo a recalcar la importancia de saber proponerse objetivos realistas y ecológicos y dejar a un lado una idílica realidad que no se pueda conseguir y solo me provoque frustración, decepción, impotencia,…

Cuando se habla de positividad estoy de acuerdo siempre que hablemos de positividad realista, no de una positividad que anula lo malo, que no ve peligros, que busca no ver problemas y con ello no coger la responsabilidad ni el compromiso al cambio. Positividad no es dejar de ver nada, ni partes de mí, ni problemas, ni en el ámbito emocional (negando y huyendo de emociones creándome así heridas emocionales que por consiguiente me crean un gran sufrimiento o me llevan a la desconexión emocional condicionando mi vida),…no es huir de la realidad poniéndole fantasía o quitando importancia.

Positividad es una actitud que me lleva a moverme en esa realidad  siendo consciente de todo lo que hay también:

  • mis recursos para moverme, que cuando no los veo me empuja a aprender (con o sin ayuda)
  • flexibilizando mis pensamientos, quitando y desmontando las creencias limitantes que me impiden crecer
  • legitimando mi emoción: sea cual sea, porque me empuja a adaptarme a la vida y eligiendo qué hacer con la información que me da, dejando así de reaccionar
  • identificando mis problemas: buscando la manera de solucionar sin tener que cerrar los ojos para que se “acaben” como ya no los veo, o cogiendo un rol de víctima y esperando que sea el destino el que acabe con ellos
  • en definitiva, aceptando mis experiencias para moverme, que transito aunque sean dolorosas, no se me queda un dolor cristalizado que me hace mantener un gran sufrimiento y me condiciona el resto de mi camino

Esta positividad realista nos impulsa a la proactividad, a la responsabilidad y al compromiso, generando bienestar.

Cuando te enfocas en conseguir algo porque tienes una buena percepción de tus propias capacidades te vas moviendo por el mundo de otra manera, además no tienes la necesidad de “apagar la luz de nadie para que pueda verse la tuya, simplemente ves la tuya y si quieres que brille más tu lámpara te pones manos a la obra para conseguirlo. No alumbra más una lámpara por apagar otra, da la misma luz aunque percibas más, si lo que quieres es que tu lámpara alumbre más la solución estaría en poner una bombilla más potente”. Vale quejarse, pero de nada sirve criticarse, juzgarse y boicotearse, no cierres la puerta al cambio convirtiéndote en tu peor enemigo, recuerda que esos pensamientos rígidos impiden desarrollarte y crecer.

La actitud de una persona victimista es algo que me encuentro muy a menudo, muchas veces viene dada de una infancia en la que no hubo reconocimiento, en la que no se vio a esa personita y su realidad estaba fuera de ella creando indefensión aprendida, que en muchas ocasiones desemboca en un aprendizaje de que solo si soy víctima y doy pena me quieren, la conexión de que para que me den atención y amor tengo que seguir ese rol dando lástima porque si no soy invisible. Esto se sigue manteniendo sin ser conscientes de ello por el beneficio que obtienen, cogiendo por ejemplo el rol de “víctima” (triángulo dramático de Karpman), siguiendo el juego psicológico “pata de palo” (análisis transaccional),…

Lo que haya pasado, puede que sea una herida emocional que haya que atender y liberar, pero eso no es lo que está pasando ahora, y tampoco tiene cabida el pretexto “yo soy así (acomodándose o culpando a cuidadores,…). Aprendiste a funcionar así por supuesto, seguramente como mecanismo de defensa ante el dolor, que no tiene por qué llevar detrás una infancia nefasta, simplemente que aún con todo el amor que sentían las personas que te cuidaron no supieron verte o tú no te sentiste visto, aceptado, querido incondicionalmente,…, pero si ya sabes que ahora eres TÚ, siendo adulto, el responsable de tu salud mental, de tu autoestima, de tu vida, de tu paz y de tu bienestar emocional, puedes cambiar, puedes desarrollarte y crecer.

¿En qué quieres centrarte los próximos días, los próximos meses, años?

PsiCorazonyMente

Dejar una Respuesta

Plugin the Cookies para Wordpress por Real Cookie Banner