Skip to main content

Empezamos con un título “Los conflictos son necesarios” que aparentemente ni llama mucho la atención ni es algo que a priori nos entusiasme.

Sobre conflictos y discusiones ya he escrito varios artículos, te dejo el enlace de estos dos por si tienes interés o crees que te pueden ayudar “Como gestionar la rabia en discusiones familiares” o “Conflictos entre hermanos”.

Tenemos varias razones…

La primera es que con los conflictos aprendo, que si cuando somos pequeños y vemos los conflictos como un desacuerdo aprendo a mantener mis opiniones sin miedo a un posible conflicto o discusión.

Esto es de las cosas que más me encuentro cuando trabajo con adultos. Vienen a consulta porque quieren trabajar su autoestima, porque ven que van haciendo lo que “quieren” los demás creyendo que es su baja autoestima la causa, que además se ve retroalimentada con sus experiencias por el seguir manteniendo esa actitud más sumisa.

Cuando uno es pequeño, en su infancia y/o adolescencia, y ha vivido los conflictos como algo malo, bien porque sus progenitores explotaban o bien porque “los resolvían” de forma pasiva, incluyendo la retirada del afecto o la comunicación, aprende por cuestión de supervivencia y como forma de no “perder” a sus seres queridos, sea en el ámbito de la amistad, de pareja, o familiar, a no expresar sus opiniones, a no poner límites,…

Cuando somos pequeños y mamá o papá se enfada, y más cuando por falta de recursos les han hecho responsables de su emoción y de su comportamiento (“sacas lo peor de mí”, “mira lo que tengo que hacer para que aprendas de una vez”, “me da vergüenza lo que haces/dices”, “estoy decepcionado”, “si haces X es que no te importo”,…), tengo la sensación de que deja de quererme, de que yo he sido la culpable de lo que ha pasado, de que hay una parte mala en mí que si descubren ya no van a querer estar conmigo o me van a dejar de querer,…y, por ello, intento evitar los conflictos.

Mi experiencia en adultos, que también veo como niños y adolescentes no ponen límites, me lleva a resaltar la importancia de enseñarles a nuestros menores que las discusiones sólo son una manera de intentar llegar a un acuerdo, reencuadrando la información, liberando heridas en personas adultas y despojando de creencias limitantes que les condicionan, que les llevan a seguir manteniendo algo que no quieren.

Además de todo ello, luego hay un gran ruido mental, admiten tener pensamientos en los que se enredan “no tengo personalidad”, “sigo haciendo lo que le da la gana a X”, “no soy capaz”,…

Puede que hayan puntos ciegos que llevan a hacer cosas que uno no quiere, que cuando se trabaja desde una perspectiva de falsa inteligencia emocional te lleva unos días a comerte el mundo y mantener tu negativa aunque después te sientas fatal, pero no se mantiene en el tiempo ni es sana, te encuentras en una montaña rusa, en la que pasado el momento de “subidón y ese pensamiento de comerte el mundo” llega la bajada en la que la sensación es de que es el mundo el que te come a ti.

También enseñan en diversos sitios a desconectarte emocionalmente para así no sentir dolor, un dolor emocional que asusta y que multitud de menores resuelven autolesionándose como forma de llevarse la atención a otro sitio (el dolor físico que no les asusta porque conocen su proceso) y/o como forma de castigarse porque consideran que “se lo merecen”.

Piensa por un instante, si las emociones nos empujan, cada una a cosas diferentes, pero todas a que nos movamos para adaptarnos a la vida, ¿quieres desconectarte tú o que tus seres queridos se desconecten emocionalmente? Doy por hecho que la respuesta es NO, que lo que queremos es dejar de sufrir y aprender a manejarnos emocionalmente, que si está en nuestras manos aprender y contar con los recursos y herramientas necesarias no haríamos cosas que no queremos, no aparecería “la necesidad” de autolesionarme, de gritar o pegar a mis hijos, de no mantener mis opiniones ni de no permitirme “ser yo”,…

Imagino que ahora se va viendo mayor claridad a la hora de ver los conflictos como algo necesario en el que no tiene por qué aparecer Hulk ni perder el amor de nadie, aprender a discutir en casa donde existe un amor incondicional, que también incido en la importancia de que, sin dudar de que existe, sepamos mostrárselo a nuestros hijos.

Interior conflictos necesarios

Sí, es necesario aunque yo también soy madre y no es agradable, que en muy poquitas ocasiones vamos a escuchar que nos digan “gracias por cuidar de mi salud y decirme que deje el videojuego/ que no me das un helado o más chuches / que me lave los dientes /…”, además, aunque se trata de otro tema, muchos de lo que lo dicen es simplemente porque buscan así contentar a su madre o padre, es su manera de conectar, conseguir aprobación y sentirse vistos y amados.

Lo que si escucho yo en muchas ocasiones, es a adultos dolidos por esa permisividad que tuvieron y les llevo a distintos problemas, inseguridades, miedos, búsqueda de aprobación,… También a adultos que se criaron bajo una educación autoritaria y lo que ello supone con el paso del tiempo.

Todos contamos con los recursos necesarios para poder resolver conflictos, para ser asertivos y marcar límites claros, para manejar las discusiones desde un plano asertivo, con comunicación afectiva efectiva, con comunicación no violenta, con los recursos necesarios para poder educar a las personas más importantes de nuestra vida cuidando de su integridad, para hablar con nuestra pareja cuidando de la relación,…

No hay nada que nos falte, no nos tienen que abrir el cerebro y meter nada, lo que puede ocurrir es que no sepamos cómo hacerlo, por ello siempre me gusta recalcar la importancia de llenarse de herramientas para la vida, de aprender el proceso, de ir interiorizando hábitos sanos, formas de comunicación, gestión emocional, autoestima,…que se vayan poco a poco instalando y convirtiéndose en nuestro piloto automático para cuidar de nosotros mismos y de los demás, ya que la mayor parte del tiempo nos movemos y pensamos de manera automática.

Plántate esta pregunta, te invito a coger papel y boli y escribir cómo quieres que sea tu piloto automático, la manera en la que te hablas, la manera en la que te diriges a tus seres queridos, la manera en la que te relacionas en los diversos ámbitos de tu vida (amistad, familiar, laboral,..), y, si eres mamá o papá, la manera en la que estás ayudando a que se traten, se hablen y dejen que los traten, los cimientos que estás construyendo en ellos.

Una vez hagas tu listado, ve identificando la forma que te acerca a tus objetivos y la que te aleja, los posibles obstáculos con los que ya te has encontrado o ves probable encontrar, y ve dando esos pasitos tan satisfactorios.

En caso de no saber cómo, puedes ponerte en contacto para aprender y empezar a construir la vida por la que quieres caminar.

No vamos a buscar conflictos como si buscáramos setas deseando encontrar, ni tampoco vamos a hacer que aparezcan de manera innecesaria, no es lo que hablo, pero si vamos a manejar los que surjan y a ayudar a nuestros menores a no tener miedo a discutir, a cuidarse y no reprimir, ni a explotar y descuidar las relaciones y el respeto hacia los demás, ayudar a desenvolverse en su mundo en constante cambio, en definitiva, a adaptarse siendo proactivo y el protagonista de su vida, a ser libres y elegir lo que quieren hacer y tiene sentido, sin reaccionar ni reprimir, sin explosión ni implosión.

EMPIEZA A MIRAR CADA CONFLICTO O DISCUSIÓN COMO UN RETO,

COMO UNA OPORTUNIDAD DE APRENDER Y ENSEÑAR SU RELOSUCIÓN

Cristina Hermosa
PsiCorazonyMente

Dejar una Respuesta

Plugin the Cookies para Wordpress por Real Cookie Banner