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PRIMERO: SE PUEDE

Lo primero que diría para gestionar la rabia en discusiones familiares es que el objetivo sería llegar a una gestión sana de la rabia, es decir, que no dañe a ninguna persona ni signifique reprimir la rabia o evitarla (implosión en lugar de explosión) y, ya sea como madre o como padre que es la población a la que se dirige este artículo, pero que igualmente sería extrapolable para cualquier persona en cualquier ámbito.

Hay un aspecto primordial ligado y es que se puede…muchas familias me comentan que llegado a un punto, llamémoslo X (definido subjetivamente para cada cual), pierden los papeles.

Para empezar busca un recuerdo en el que hayas gestionado tu ira con tus hijos o hijas de la forma que querías…si no encuentras por un momento busca recuerdos en los que te encontrabas con otras personas y no reaccionaste de forma agresiva por vergüenza, o cuando te has enfadado por un motivo similar con niños o niñas que no sean tus hijos, o incluso con tu jefe o jefa sintiendo la misma intensidad de la emoción. ¿Pudiste? Seguro que encuentras alguna experiencia.

SEGUNDO: ES ALGO TUYO

Lo segundo que me gustaría recalcar es que los papeles los pierdes tú, y que la rabia es tuya, aunque moleste reconocerlo…no es adecuado responsabilizarles de nuestras emociones y de nuestros actos porque les hacemos creer que todo eso es por su culpa, que la regulación de la ira es algo que llegado a ese punto X es adecuado utilizar la violencia y puede salir Hulk ya que es consecuencia de otra persona. Me encanta ver las caras de los más peques cuando les digo que me puedo pasar toda la hora con ellos diciéndoles “tont@” (a lo que añado que para los más peques eso es una palabra mayor) y, que la forma de reaccionar es suya, es de su elección en cada momento, en cada situación y, que se ve también afectada por el cansancio, por el ruido mental, por el estado de ánimo,…

¿Sigues pensando que es otra persona la responsable? ¿Entonces estarías de acuerdo en que si alguien “le saca de quicio” lo mejor que puede hacer es gritarle, darle un azote, o excluirlo (dejarlo en su habitación encerrado y solo)?

TERCERO: EL RESPETO Y LA COMPRENSIÓN NO SIGNIFICA EDUCACIÓN PERMISIVA

Lo tercero es que no acudir a la violencia, como sale en tantos sitios desgraciadamente haciéndonos ver una conclusión distorsionada y errónea de la educación, sea sinónimo de una educación permisiva y sin límites. No es la creencia de que, como comentó Emilio Calatayud en una ponencia a la que acudí hace varios años: “Que me expliquen a mi cómo se puede educar sin un cachete”, aunque dejó claro que esos temas los dejaba en manos de psicólogos, lo cual me alegra bastante,…y que sí que coincido en otras cosas como que la sobreprotección es dañina.

“A mí me lo hicieron y no tengo ningún trauma” “Si le hubiera dado un par de tortazos bien dados seguro que esto no pasaba” “Dale que aprenda de una vez”… Qué curioso la asociación que tiene el cerebro… ¿la agresividad es condición del aprendizaje? ¿Has aprendido a desenvolverte en tu trabajo a base de gritos, etiquetas, menosprecio, meses castigados sin sueldo, azotes o tortazos? ¿Si es condición, por qué no quieres que le peguen, griten o insulten en otras situaciones otras personas que no seas tú? ¿Y por qué, si tiene sentido que siga aprendiendo una vez crecen, dejas de darles esos azotes?

Puede que no veas recursos para manejar la situación, puede que por tus memorias salga así, ¡las veces que han venido conmigo a aprender pautas de educación y han salido esas heridas emocionales del pasado que les condicionaban esas situaciones! Me gustaría hacerte llegar la ilusión de que si quieres puedes, y si después de este artículo aún no sabes cómo o te sigue costando mucho esfuerzo, que no conlleva, busca un profesional que pueda detenerse a explicar el proceso, a identificar creencias y patrones, a liberar toda la carga de una mochila que es la que te dificulta llegar al objetivo. El proceso es simple, solo requiere práctica.

Ahora creo que si ya estás seguro o segura de que puedes hacerlo, de que cuentas con los recursos necesarios, de que tu emoción y tus acciones son tuyas y, de soltar la condición de la violencia como imprescindible para educar o enseñar, si podemos empezar con los pasos para gestionar tu rabia en las discusiones familiares.

PROCESO PARA GESTIONAR TU RABIA

1.- Para y quédate respirando tu emoción. Atiende tu cuerpo para poder bajar la intensidad y hacer una rabia manejable que te permita la claridad de elegir qué harás en vez de reaccionar. Puede ayudarte ponerte la mano donde sientas la emoción y quedarte respirando el tiempo que necesites, viendo la situación como un espectador al no ser que se trate de algo peligroso en el que se prioriza la acción que les brinde la seguridad. Lo ves mientras te sostienes tú emocionalmente, ¿si no te acompañas a ti y no te regulas, cómo lo vas a hacer con ellos o ellas?

Cuando hablamos, recuerda también que las palabras duelen igual que los golpes, puedes aprender a comunicarse mediante la comunicación no violenta basada en Rosenberg, que otorga una gran importancia al proceso de aprendizaje, y recalca el valor, en el inicio de su aprendizaje, en priorizar decirlo lento a que salga lo de antes.

Si necesitas salir de esa situación para enfriarte, explícale que está todo bien, que estás aprendiendo a gestionar tu rabia y en ese momento es una buena opción para ti, que lo quieres igualmente y no es su culpa tu alejamiento, ni mucho menos se trata de un alejamiento emocional, esto es muy importante.

De no mantener ese continuum, entenderán que tu amor no es incondicional, que se mantiene con unas condiciones, puede darse el sentimiento de abandono creando una herida emocional, una interiorización de que no es una buena persona, de que hay algo malo en él o en ella, en que no se merece el amor,…

2.- Plantéate cuáles son los hechos y sepáralo de las interpretaciones. Los hechos sería fijarte y quedarte solo con lo de esa experiencia, no traer acontecimientos pasados y pasar a conclusiones distorsionadas. Además es neutro, todo el mundo diría lo mismo, no hay pensamientos ni interpretaciones que te hagan “echarle más leña al fuego”.

A modo de ejemplo que suele ser repetitivo en muchos hogares y espero así llegar a más gente: le dices que recoja porque es hora de cenar y dormir. Vas y sigue jugando… ¡Eso es lo que pasa, solo eso, que sigue jugando y no ha recogido!. Si le sumas que no recoge porque es un gandul, porque es un irresponsable, porque no te escucha, porque te está desafiando,…si le sumas interpretaciones, ¿tu nivel de rabia se mantiene igual, aumenta o disminuye?

3.- Haz un ejercicio de empatía: ¿por qué si tiene sentido que haga X (seguir jugando en vez de recoger)? Busca su necesidad y la tuya para poder cubrirlas… plantéate para qué lo hace, qué gana haciendo X, seguir jugando (diversión), y así te darás cuenta de que no tiene nada que ver contigo, ni te está retando, ni su intención es molestarte, ni…vuelves a no añadir leña al fuego, te acercas a la comprensión, y desde ahí es más fácil moverse.

Tu necesidad puede que sea tranquilidad…igualmente tu necesidad no depende de nadie, puedes cubrirla tú de muchas maneras, el que esté recogida la habitación ya es una estrategia que te ayuda, pero no puede depender tu necesidad de nadie (de si recoge o no la habitación). Eso lo plantearía más como una norma de convivencia en las que establecemos cómo estaremos mejor en casa, normas que hay en todos los sitios para tener una convivencia más agradable, con sus acuerdos, con las consecuencias de no cumplirse dichos acuerdos.

Siguiendo con el ejemplo, se lo repites y se enfada, grita y dice que no va a recoger. Tiene sentido que lo haga, tiene que dejar de jugar que es divertido para recoger que no lo es… ¿Y si mediante el humor por ejemplo planteamos recoger, haciendo uso de la creatividad para ofrecer ideas atractivas que sigan cubriendo la necesidad de diversión? Con cronómetro, recogiendo por colores, poniendo música, haciendo cosquillas,… Ofrecer varias opciones para que vaya sacando sus recursos, que no sea resolverlo nosotros.

Validar siempre la emoción y recordar que su emoción o sus conductas no le definen.

Veo que estás enfadado, te entiendo, al mismo tiempo hay que recoger para que no se haga más tarde y cenar tranquilos, te parece recoger con cronómetro,…

Veo que estás enfadado, igualmente no voy a dejar que tires los juguetes a tu hermano, ¿necesitas ayuda para manejar el enfado de otra manera? ¿Puedo hacer algo para ayudarte? ARTÍCULO CONFLICTOS ENTRE HERMANOS

En caso de que no quiera, si tenemos un acuerdo con las normas de convivencia en el que aparecen las consecuencias de su incumplimiento, ya no suele subir tanto la rabia ni salir amenazas o castigos desproporcionados como consecuencia de la subida del volumen de mi ruido mental.

Gestionar rabia discusiones familiares interior

4.- Recuerda que si estás leyendo esto, si miras que tú siendo adulto con tu prefrontal desarrollado algunas veces se te va de las manos y reaccionas, imagínate si lo tuvieras en obras, sus funciones ejecutivas, su parte racional, sus recursos, la intensidad de su emoción, y el modelo que tienen en casa. Plantéate que no es que no quiera manejar su rabia de otra manera más asertiva, más sana,….sino que a lo mejor no puede.

Decide lo que vas a hacer tú.

5.- ¿Te has dado cuenta de que hablar así, validar su emoción, no conlleva que no se recoja, que no se mantengan los límites, que no sea un “tranquilo cariño que yo lo recojo todo” como definen y salen en tantos tiktok sin saber algunas personas de este tipo de educación? Si priorizas y ves los beneficios de este tipo de educación respetuosa, bienvenido a mi tribu, no estás sol@ aunque a tu alrededor esto no tenga sentido. Si para ti lo tiene, continúa!!! Ser oveja negra puede ser una gran opción, y más cuando hablamos de salud mental para ti y para tus seres más queridos.

6.- Explicar las razones… En este ejemplo al ser una norma de convivencia ya estarían… Si fuera por ejemplo en enfado por no comprarle la chuche que quería: el azúcar no es buena, entiendo que te apetezca mucho y otro día te la compraré, ahora no es momento porque vamos a cenar y puede que no tengas hambre después para la comida que sí que te aporta beneficios,…

Si se trata de algo innegociable no hay opciones, en caso contrario mantener la atención en el sí, es decir, en vez de no te la compro, te la compraré…mañana, dos veces al mes,…lo que consideres tú.

7.- Recuerda que deseos y necesidades no es lo mismo. Enséñale a ir viendo sus necesidades para que vaya identificando y sabiendo que los actos son estrategias, que hay muchas, que puede ir cubriéndose sus necesidades y será un adulto independiente y que sabe sostenerse, lo que no significa que también será vulnerable y con momentos desagradables que le causarán dolor, diferenciándolo del sufrimiento que es con el que te quedas pegado.

Es normal querer otra pistola de agua, y si debajo, la necesidad, para lo que la quiere, es para divertirse, y decides que se la comprarás de cumpleaños (aprende la postergación de la recompensa), mientras tanto puedes ayudarle, ¿cómo te puedes divertir? (aprender a ver la pistola como estrategia, que hay otras maneras y puede cubrirse igualmente su necesidad)

8.- Después, “a toro pasado”, se puede llevar a cabo una conversación que invite a reflexionar. ¿Qué podemos hacer la próxima vez? ¿De qué te has dado cuenta?

Si se trata de cosas innegociables, volver a validar la emoción y acompañarle “Entiendo que te sientas…, yo estaré aquí si me necesitas”. Si su rabia es muy grande y no quiere saber nada de ti, porque en ese momento “eres la peor persona del mundo” recuerda que no va contigo, es su manejo emocional “Muy bien, te respeto y me voy, si me necesitas me llamas, yo pasaré por aquí en un momento a verte” (el momento, según la edad, puede ser 2 minutos o una hora si es adolescente).

9.- Recuerda también que esto es un proceso, que hay detrás unas experiencias en la forma de llevar los conflictos que a lo mejor siguen condicionando (por ejemplo que hemos cedido a cosas porque “la han liado” y no me apetecía discutir, que solíamos explotar, que los hemos dejado solos, que…). Recuerda que la mejor manera es elegir tu acción y tus palabras, y eso solo es posible si la intensidad de la emoción no me “sobrepasa”, para lo que necesito respirar y separar mis interpretaciones de los hechos.

10.- Por último, recuerda que si hablamos de un proceso, y que el cerebro tiende a hacer lo que ha hecho más veces, por el momento necesito mucha atención, al igual que se irá interiorizando con la práctica, siendo más fácil, que es más sencillo aprender a surfear con olas pequeñas que en plena tormenta, y que si tú haces todo esto… ¿cómo cambiará tu vida y la de tus hijos e hijas? ¿echarás leña a tu fuego y/o al suyo? ¿tendrás miedo tú o esa personita a discutir y dirá que “si” por evitar los conflictos, o seréis conscientes de que podéis manejarlos y solucionarlos? Con los conflictos se aprende, y si aprendo en casa a manejarlos mucho mejor, añadiendo que los manejo de forma asertiva y ecológica.

¿Si tuvieras una varita mágica, elegirías tus acciones o prefieres reaccionar, dejando que tus emociones elijan por ti sin pensar (lo que Daniel Goleman llama secuestro emocional o amigdalino)? Ponte manos a la obra y mira los conflictos como un desafío más, como un enigma que solo tú tienes la solución.

Me encantaría saber cómo llevas tu proceso, si te ha ayudado el artículo, si tienes alguna duda o dificultad, y te añado dos enlaces que pueden interesarte: CRECIMIENTO PERSONAL BLOQUEO, CREENCIAS LIMITANTES

Ser libre significa elegir lo que tiene sentido para ti con la situación que se te presenta

Cristina Hermosa
PsiCorazonyMente

2 Comments

  • Javier dice:

    Me parece muy interesante este artículo.
    Las personas tendemos a estigmatizar las situaciones cuando no van de «nuestra cara». Cada día me doy más cuenta de que el bienestar emocional de uno mismo, por ejemplo, es algo que uno mismo tiene bajo dominio. La clave es la gestión de ello.
    Desde mi experiencia, considero una muy buena terapia el aprender a gestionar la rabia.
    Muchas gracias por la precisión de lo expuesto.
    Enhorabuena Cristina.

    • Buenos días con alegría!!
      Muchas gracias Javier por el comentario.
      La paz interior es algo que está al alcance de cada uno y, en multitud de ocasiones parece que mi rabia es consecuencia del otro por lo que delegamos al otro la responsabilidad de no sentir el bienestar, además de las consecuencias de nuestros actos cuando en vez de libremente elegir qué tiene sentido hacer, reaccionamos por la intensidad de nuestra ira o la reprimimos. Es una ilusión de fuerza que muchas veces mantenemos porque creemos que si miramos y comprendemos ya no mantenemos límites, y eso por supuesto no es incompatible.
      Me alegra de que te guste. Un saludo y feliz día!!

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