El miedo está vinculado con el instinto de supervivencia. Se trata de una emoción que nos ayuda a protegernos, nos transmite un mensaje muy valioso ya que nos informa de amenazas.
Cuando la amenaza es real parece fácil sentir gratitud hacia la emoción y verlo como un aliado, sin embargo, cuando sentimos miedo hacia algo que es irreal se complica el asunto, nos parece un enemigo y queremos arrancarlo de nosotros…
Si ves el miedo como la invitación a que busques recursos con la única finalidad de que estés protegido, ¿te dan esas ganas de evitarlo / taparlo / arrancarlo/…?
¿ENTONCES QUÉ HACER O CÓMO PLANTEAR EL MIEDO CUANDO ME LIMITA, INCOMODA O BLOQUEA?
Lo primero es entender que en multitud de ocasiones y durante muchos años me he encontrado este dilema en el trabajo, personas que saben perfectamente que su miedo es irreal, que han acudido a otros centros con la intención de enfrentarse a sus miedos o que dejen de bloquearlos y no les ha servido de nada,… Esto ocurre porque las pautas que se llevan a cabo siguen en la línea de ese objetivo que no ayuda, tratar de quitar ese miedo, de evitarlo, de arrancarlo de mí. Si el miedo aparece para darte información de un peligro, con la única intención de que te adaptes a la vida estando protegido y lo intentas ignorar, normalmente crece, ya que sigue teniendo un asunto pendiente, que busques recursos para estar protegido.
También puede darse el caso de evitar lo que me da miedo, y con ello sube su intensidad, sería como reforzar la idea de que eso a lo que temo es un peligro real y por ello lo evito.
CREENCIAS SOBRE EL MIEDO:
Hay muchas creencias que se siguen manteniendo hoy en día acerca del miedo y que no ayudan, como por ejemplo que el miedo es malo, que es mejor evitarlo, que me hace débil, que soy un cobarde, que si no llevo a cabo una conducta contrafóbica (atacar, en vez de una fóbica que sería huir) es porque no soy valiente,…
El miedo es parte de la vida, y me ayuda a protegerme, viéndolo así… ¿dirías que esa intención de avisarte para que te protejas, es algo que haría más un amigo/ un aliado, o es algo propio de un enemigo?
Cuando intentamos arrancarlo sin prestarle atención es como si quisiéramos arrancarnos la garganta cuando nos duele, cuando nos limita ya que queremos dar una conferencia y no podemos o simplemente porque es molesto. ¿Alguien intenta hacer eso? Normalmente se atiende, evidentemente puede frustrar el no poder hacer esa conferencia si fuese ese mismo día,….pero nos encargamos de escuchar y atender ese dolor, de cuidarnos, de tratarnos con mimo y con compasión comprendiéndonos y sin juzgarnos, no viéndonos como “débiles”, nos encargamos de ver qué opciones hay para conseguir el objetivo, atendiendo al proceso de que se cure la garganta y así deje de doler para poder hacer la conferencia, dando pasitos con sentido para alcanzar lo que se quiere.
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL ES LA BASE: PASOS
Veamos el miedo como un cobrador del frac que no se detiene hasta que te da su mensaje y lo atiendes, ¿de qué me quieres informar? ¿Qué aviso me quieres dar?
EN PRIMER LUGAR, ACOGER E INTEGRAR LA EMOCIÓN, EN ESTE CASO DEL MIEDO.
Ayuda bastante ponerte las manos donde sientas la emoción y respirar, llevar aire a esa parte sintiendo esa gratitud de que exista, ya que gracias al miedo estamos aquí, protegidos,…
Nos mantenemos respirando lo que necesitemos para bajar la intensidad de la emoción y así encontrar opciones más adaptativas, ganando libertad de elección al dejar de estar tomados por la amígdala, lo que se llama “secuestro amigdalino” o “secuestro emocional” que nos lleva a reaccionar en vez de a elegir qué tiene sentido hacer.
Muchas veces creemos que esto no ayuda porque respiramos y no funciona, se trata de mantenerte respirando hasta que baje la intensidad, el tiempo que necesita cada persona va a ser variable, sea lo que sea mantenerte ahí. Además quitar la expectativa o la importancia del resultado momentáneo, ya que dejamos de hacerlo porque seguimos teniendo miedo, ¡por supuesto! Se trata de un proceso y no quiere decir que el primer paso ya sea el “éxito” que muchas veces se identifica con dejar de sentir el miedo, los pasos son una responsabilidad y un compromiso por hacer esos cambios que me llevan al objetivo y forman parte del proceso, atendiendo al proceso si llegaré al resultado deseado.
EN SEGUNDO LUGAR, ATENDER LOS PENSAMIENTOS.
Sería conveniente identificar en los miedos imaginarios, en los miedos irracionales, qué nos contamos para llegar a ver eso como un peligro, e ir atendiendo esos pensamientos como si fueran capas de cebolla que hay que ir quitando poco a poco.
Tocar esas creencias que me impiden alcanzar mis objetivos, creencias que en su momento me dieron seguridad y por ello nos aferramos a ellas. La seguridad en realidad viene dada por mis recursos, viendo los hechos sin creer que eso que me cuento es una verdad absoluta, sabiendo que forman parte de mí pero que ni soy yo, ni tampoco me definen, son interpretaciones que hago porque tuvieron sentido o porque aprendí a funcionar así, y a partir de esa información más flexible buscar los recursos necesarios.
Esto a veces no resulta fácil ya que son parte de nuestros puntos ciegos y necesitamos ayuda profesional para poder identificarlos.
EN TERCER LUGAR ELEGIR QUÉ HACER.
Dejar de reaccionar para dar pasos con sentido, pasos que me acercan a mi objetivo, planteando un objetivo ecológico y realista.
Un proceso que atiende y acoge una emoción, un proceso que atiende los pensamientos, que va identificando las creencias que puedan venir de heridas emocionales, de mecanismos de defensa, de experiencias pasadas que se conectaron,…, un proceso que nos lleva a una flexibilidad dándonos seguridad, buscando recursos, haciendo cosas que sean funcionales para sostenernos, para caminar con sentido en nuestra vida.
En caso de ser heridas emocionales, el poder liberarlas ayuda, dejar las limitaciones, los condicionamientos, soltar las memorias y avanzar, dejar de sufrir,… en definitiva, actualizarnos y vivir más en el presente sin esa carga pesada del pasado que en su día pudo tener sentido o me pudo sobrepasar, es decir, sería como actualizar nuestro software para poder funcionar en coherencia hoy.
LA AUTOESTIMA
El miedo muchas veces también repercute en nuestra autoestima viéndonos incapaces, repercutiendo en nuestro día a día, sintiéndonos más pequeños poco a poco, y con ello aumentando la intensidad de los mismos además de ir apareciendo nuevos miedos ya que nos vemos más chiquititos y nos parecen más cosas o más experiencias peligrosas.
Espero aportar un poquito de claridad y animar a cambiar nuestra relación con el miedo, lo que nos lleva a cambiar también nuestra vida, porque como he dicho antes, el miedo forma parte de ella.
Si necesitas ayuda contacta para aprender el proceso, actualizarte y empezar a caminar con sentido.